El campo hace afición.
Eso pensamos mi amigo Sergio y yo. Y como teníamos pensado pasar una jornada de campo por Salamanca, animamos a otro amigo que todavía no había conocido este mundo de los toros a que se viniera con nosotros. Lejos de ser una persona cerrada de mente, como muchos que directamente se niegan a querer conocer esta forma de vida y la atacan, se decidió a acompañarnos para que le enseñáramos lo poco que humildemente le podíamos enseñar.
Para empezar la jornada, fuimos a la Boutique del Torero para que Sergio se comprara una muleta y una ayuda. Luego, fuimos a comer al Restaurante Vegallana, lugar que a nuestro amigo le encantó, por la comida, y por el ambiente. Le gustaron las dos cabezas de los dos de Pedraza de Yeltes allí expuestas.Después nos fuimos hasta San Muñoz y desde ahí hasta Tamames, pasando por fincas como Buenabarba, Agustínez y Gallegos de Huebra, zona en la que pudimos ver muchas vacas, erales y un semental. Ricardo, como se llama el que se adentraba en este mundo por primera vez, estaba encantado, de hecho, me pidió volver otro día para poder pintar paisajes y algún toro, ya que él estudia Bellas Artes. Luego fuimos a Vecinos, donde vimos las fincas de Olmedilla y de Charro de Llen, esa finca que a mí personalmente me vuelve loco. Me encanta.
De ahí, de vuelta para Zamora, con la ilusión de haber adentrado un poquito a un amigo en este mundo, y orgulloso de haber conseguido que le gustara. Sus últimas dos frases en el coche fueron: "Cuando vayáis a alguna ganadería me avisáis y voy con vosotros". Y "¿cuándo hay alguna corrida de toros?". Gracias Ricardo.
Este artículo sí que hace afición, echo de menos que te alargaras en el texto Vicente, que tú sabes, algunas descripciones más de los paisajes y sobre el toro, alguna foto más quizá. A la próxima visita al campo os llevo yo.... y ese amigo nuevo puede venir.
ResponderEliminar