jueves, 6 de diciembre de 2012

El campo hace afición.

Eso pensamos mi amigo Sergio y yo. Y como teníamos pensado pasar una jornada de campo por Salamanca, animamos a otro amigo que todavía no había conocido este mundo de los toros a que se viniera con nosotros. Lejos de ser una persona cerrada de mente, como muchos que directamente se niegan a querer conocer esta forma de vida y la atacan, se decidió a acompañarnos para que le enseñáramos lo poco que humildemente le podíamos enseñar.

Para empezar la jornada, fuimos a la Boutique del Torero para que Sergio se comprara una muleta y una ayuda. Luego, fuimos a comer al Restaurante Vegallana, lugar que a nuestro amigo le encantó, por la comida, y por el ambiente. Le gustaron las dos cabezas de los dos de Pedraza de Yeltes allí expuestas.Después nos fuimos hasta San Muñoz y desde ahí hasta Tamames, pasando por fincas como Buenabarba, Agustínez y Gallegos de Huebra, zona en la que pudimos ver muchas vacas, erales y un semental. Ricardo, como se llama el que se adentraba en este mundo por primera vez, estaba encantado, de hecho, me pidió volver otro día para poder pintar paisajes y algún toro, ya que él estudia Bellas Artes. Luego fuimos a Vecinos, donde vimos las fincas de Olmedilla y de Charro de Llen, esa finca que a mí personalmente me vuelve loco. Me encanta.

De ahí, de vuelta para Zamora, con la ilusión de haber adentrado un poquito a un amigo en este mundo, y orgulloso de haber conseguido que le gustara. Sus últimas dos frases en el coche fueron: "Cuando vayáis a alguna ganadería me avisáis y voy con vosotros". Y "¿cuándo hay alguna corrida de toros?". Gracias Ricardo.






1 comentario:

  1. Este artículo sí que hace afición, echo de menos que te alargaras en el texto Vicente, que tú sabes, algunas descripciones más de los paisajes y sobre el toro, alguna foto más quizá. A la próxima visita al campo os llevo yo.... y ese amigo nuevo puede venir.

    ResponderEliminar