lunes, 7 de octubre de 2013

Cocidito madrileño.

De todo pude ver ayer domingo en la plaza de toros de Las Ventas. Una buena novillada y una mala corrida.

La novillada me gustó. Salvo el primer novillo, todos me parecieron interesantes. Destacaron por su entrega en la muleta, a la que repetían siempre, humillando y con clase. El mejor novillo, para mí, fue el sexto, y estuvo por encima del novillero. Fue este último novillero, Adrián Henche, quien ganó el concusro "Camino hacia Las Ventas" por su actuación ante el tercer novillo de la tarde, al que le cortó una oreja.

Tarde de expectación, tarde de decepción.

La plaza llena. Pero llena, llena. Ambientazo. Un cartel atractivo para muchos aficionados. El resultado... muy malo. Los toros muy mal. Es cierto que es un encaste complicado, pero es que ninguno tuvo emoción. Tampoco el cuarto, al que Ferrera cortó una oreja. De los toros todos esperábamos más. Como esperábamos de los toreros. El más fresco fue Ferrera, que el único "pero" de la tarde fue su tercio de banderillos a su segundo toro. Una oreja, para mí, no merecida. Pero eso no es lo que más me preocupa.

Lo que sí me preocupa es que no vimos ni a Castaño ni a Fandiño. Castaño, creo que ha ido a menos esta temporada. Esperemos que sea un bajón y recupere. Para mí, el éxito de la cuadrilla tiene parte de la culpa. Peor fue lo de Fandiño. No estuvo a la altura de la tarde. Hizo un gesto, pero no una gesta. Una pena. Los años van pasando.

Lo mejor de la tarde, para mí, fue el último tercio de banderillas de la tarde. Tres pares limpios, bien ejecutados. Si se llaman David Adalid y Fernando Sánchez, ovación. Yo no lo puedo entender.